jueves, 8 de abril de 2010

Basura y el fin del mundo

Tengo una idea del fin del mundo. Que no queden seres vivientes en la tierra o nada que pueda decirse que tiene vida propia. Ni siquiera los mares y océanos que crecen producto de los deshielos que año a año sucumben al calentamiento global. Si fuera así, el fin del mundo seria simplemente el océano cubriendo todo el planeta.

Aunque estancado de tanta contaminación en sus aguas, el material resultante ya no seria líquido sino simplemente basura.

Y son justamente los basurales, nada más recurrente en los paisajes del país, y supongo que también de la mayor parte de las grandes ciudades de la región, en el sentido de una cultura de la basura. Pero ese es otro asunto.

Me imagino el fin del mundo en un basural. ¿Qué es un basural? Bueno, es una mezcla irrespirable de escombros, animales domésticos muertos, desperdicios que cada día consumimos y que por alguna razón no están en un basurero. Mención honrosa para los plásticos de alta definición, que están en cada uno de los productos que a diario utilizamos. Tan tóxicos que ni siquiera se pueden eliminar.

En general consisten en micro- basurales que se van creando en pequeñas zonas o esquinas donde solo hay suelo para levantar polvo. Quien haya visto Santiago desde el aire sabe a que me refiero.

Y si bien existen denuncias o conciencia de vecinos por estos accidentes, lo cierto es que se siguen creando y la mayor parte del tiempo pasan desapercibidos. Querámoslo o no cada uno somos responsables de este paisaje tan típico de Santiago y su contaminación. Por algo la contaminación de la capital va de abajo arriba y no al revés.

Esto se ha agudizado luego de los escombros en general que dejo el terremoto, mostrando también la inexistencia de un plan de reciclaje para este tipo de emergencia y que no existirá al parecer prontamente.

¿Faltan áreas verdes?, ¿Faltan basurales? O hay que tener esperanza en el nuevo ministerio del medio ambiente. No lo creo, CONAMA llevan años en programas de educación ambiental en colegios y mediciones, incluso con una prioridad a la comuna de Pudahuel, caso emblemático.

Somos los que tenemos más automóviles, lo que más fumamos, comemos y por tanto tenemos más basura. Toda esa mezcla de basura es la que asocio a la idea del fin del mundo, dónde ningún ser viviente pudiera resistir. Y lo peor de todo es que esta por todos lados creciendo día a día invadiendo nuestras vidas.

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